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  • Foto del escritorinnSaei.life (C)

"Secreto de la casa"

Actualizado: 4 dic 2022


Cierto día estaba en un café y ordené un postre que me llamó la atención y a su vez pregunté por la receta. El mesero contestó: “es secreto de la casa” y posteriormente añadió “la verdad no se bien”.


Contradictoriamente al disfrute del paladar me quedé con un sinsabor al no obtener una respuesta clara. Seguí degustándolo y mi imaginación empezó a volar, me desvié hacia otros temas y comencé a escribir este texto mientras paladeaba el último trocito, la migaja del postre.


Frecuentemente este tipo de circunstancias cotidianas y aparentemente sencillas las traslado a mi ser íntimo y reflexiono.


Los secretos de la casa que tanto nos gustan son aquellos que nos hacen volver al lugar a pedir una y otra vez el mismo plato, postre, salsa, bebida, etc. Son los que hacen que un bar, restaurante o café (entre otros) sean reconocidos y se identifiquen sobre la competencia.


Así que me pregunté… ¿si yo soy mi casa cuál es mi secreto?.


Todos tenemos "guardados" por alguna razón o quizá no sean secretos sino experiencias, ideas o pensamientos que no compartimos sino hasta el momento que encontramos a alguien con quien conversar sobre un asunto que no hemos exteriorizado al cual inicialmente le atribuimos el carácter de confidencial.


Mas allá de estos “secretos aún no compartidos” tenemos otros secretos que desconocemos por completo pero que sabemos que los llevamos implícitamente y son aquellos a los cuales denomino “secretos verdaderos”. Incógnitas y misterios tan universales como individuales, tan ocultos como luminosos, que, aunque no sé nada de ellos percibo que “vienen de fábrica” con innumerables y maravillosos mundos por descubrir. Por lo general estos escapan de la razón y la lógica y cuando se nos revelan lo hacen a través de manifestaciones y señales las cuales debemos conectar, asociar, decodificar y canalizar… pero ¿cómo?.


“La verdad no sé bien”, (me identifico plenamente con el mesero).


A hoy sigo yendo una y otra vez al café para hablar conmigo mismo sobre diferentes temáticas y he notado que la maleta de viaje tiene más secretos de lo imaginado, escondidos en un lugar donde soy casa y secreto a la vez y que ahora de manera algo enredada los denomino como “instrucciones clasificadas y reservadas para el alma las cuales se darán en un preciso espacio, dimensión y momento”, donde supongo que la gran tarea no es descifrarlos, que muy seguramente ni me acerco a la magnitud de su alcance, intuyo que están ahí como verdades de otra dimensión y que juegan un papel protagónico que van más allá del propósito de vida, propósito de vida que me cuestiono porque sinceramente no veo hasta qué punto tal intención sea "muy entendible" en un plano o condición donde no sabemos nada bien... más bien es cuestión de resonancia y búsqueda infinita.


Bueno... no es necesario darle tantas vueltas al asunto y noto que empiezo a desviarme del tema, así que sin más que agregar toda esta historia se escribió para decir que en una de tantas idas al café le sugerí al mesero que cuando le vuelvan a preguntar por el secreto de la casa se mirara a sí mismo y respondiera “es polvo de estrellas”.



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