Energías ancestrales

Las energías ancestrales son estructuras intangibles que se han ido desarrollando a través del camino de varias existencias y de superposiciones evolutivas de nuestros ancestros a lo largo del tiempo.

Sus testimonios energéticos están ubicados en los caminos y senderos que recorren nuestro ADN y nuestro subconsciente. Indagar en nuestros ancestros es otra vía de viaje interior, reconocer su importancia e influencia en nuestro presente es pieza fundamental del rompecabezas de vida y de tránsito del alma.

Direccionar nuestro viaje hacia ese pasado ancestral en si representa parte de la construcción de la realidad y del futuro. Los esfuerzos de nuestros antecesores, conocimientos, experiencias y vidas son energías que se han transmutado y "perfeccionado" durante siglos, energía disponible en nuestro Ser que muchas veces desconocemos.

Ellos tallaron estructuras como campos dinámicos al igual como lo hacemos nosotros, y si nos interesa somos quienes tenemos la misión de encontrar su significado y legado, su mensaje y finalidad. Están emplazadas en este camino de retorno y edificación para ser descubiertas, contempladas, analizadas y reutilizadas.

Así como las huellas de nuestros antepasados, nuestra huella energética está ahí, está hoy y "está ancestral"… en nuestro viaje se irán evidenciando obstáculos, bloqueos, salidas y caminos que se manifestarán a partir de los encuentros con estos testimonios energéticos donde solo nuestra intuición es capaz de ver señales y comprender el para qué nos han sido dadas y de qué manera debemos utilizarlas para que se constituyan como una herramienta más del proceso evolutivo.

Vistas como una clase de monolitos energéticos sobrepuestos cuya energía es "reciclable", son a la vez “señalética” de viaje(s), guías y códigos para el alma, monolitos transmisores y receptores estas estructuras siempre están y serán vigentes. Tenemos la tarea de hallarlas a través de revisionismos y "reflexiones históricas del Ser” para que se revelen como señales dentro del camino y viaje donde seguramente nos guiarán y llevarán a otros destinos.

Descubrir estos monolitos y señales indica que en nuestro viaje espiritual no hay cabos sueltos, ninguno... el viaje de ida y vuelta una vez más nos lleva a la unidad.